martes, 29 de marzo de 2011

Pequeña sonrisa de Amelie

Escuchar esa canción que te viene a la mente de repente en cualquier parte, en cualquier momento. Volverla a escuchar una y mil veces, en silencio y tirada en la cama, recién levantada, andando por la calle, sentada en el suelo o en un banco del parque... simplemente escucharla. Pero no  es suficiente con escuchar...la sientes.

Te trae miles de recuerdos a la memoria, miles de imágenes. Los pelos como escarpias. Viene a la mente ese momento, en esa sala, en esa ciudad, con tu hermana de Rock, nuestro último Rock con botas de pisar mierda y converse rojas encima de aviones a punto de aterrizar. 

3 minutos y 48 segundos que te vuelan la cabeza. En los que no mueves ni un músculo de tu cuerpo. Se te nublan los ojos. Respiras hondo. Son los minutos que llevas esperando. Por los que te recorres geografías infinitas. Ella te abraza. Le agradeces estar ahí y que sea con ella, con una simple Pequeña Sonrisa de Amelie.

Yo sólo busco que me tiemblen las piernas


5 comentarios:

  1. A mi esto ya me da miedo... ayer o antes de ayer me paso exactamente lo mismo. jajajaja.

    Si tu dices venga, yo digo VALE.

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  2. Son los genes hermaniles, aunque estemos tiempo sin vernos o sin hablar mucho (es decir todo el puto dia), nos viene a la cabeza las mismas cosas...pero si, también tengo miedo

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